martes, 11 de enero de 2011

Cartas a Milena

Bueno, pues este es el escrito de F.Kafka del que hablé en la entrada anterior:

La historia dice más o menos así: yo, alimaña del bosque, antes, ya casi no estaba más que en el bosque. Yacía en algún sitio, en una cueva repugnante; repugnante sólo a causa de mi presencia, naturalmente. Entonces te vi, al aire libre: la cosa más admirable que jamás haya contemplado. Lo olvidé todo, me olvidé a mí mismo por completo; me levanté, me aproximé. Estaba, ciertamente, angustiado en esta nueva libertad. No obstante, me aproximé más, me llegué hasta ti: ¡eras tan buena! Me acurruqué a tus pies, como si tuviera necesidad de hacerlo, puse mi rostro en tu mano. Me sentía tan dichoso, tan ufano, tan libre, tan poderoso, tan en mi casa...; pero en el fondo seguía siendo una pobre alimaña, seguía perteneciendo al bosque, no vivía al aire libre más que por tu gracia; leía, sin saberlo, mi destino en tus ojos. Esto no podía durar. Tú tenías que notar en mí, incluso cuando me acariciabas con tu dulce mano, asperezas que indicaban el bosque, mi origen y ambiente real. No me quedaba más remedio que volver a la oscuridad, no podía soportar el sol, andaba extraviado, realmente, como una alimaña que ha perdido el camino. Comencé a correr como podía; siempre me acompañaba este pensamiento: "¡Si pudiera llevármela conmigo!", y este otro: "¿Hay acaso tinieblas donde ella está?". ¿Me preguntas como vivo? ¡Así es como vivo!.

KAFKA, Franz: Correspondencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El Principito (ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY)

No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.